Antes de que se desatara la guerra civil, Siria era un gran destino para los amantes de la historia y de las piedras antiguas. Allí se encuentran fabulosos castillos capaces de encender la imaginación de cualquier entusiasta de los cuentos de capa y espada, románticas ruinas clásicas con la particularidad de no estar enterradas o mezcladas entre posteriores edificaciones, exóticos zocos árabes que parecen salidos de una novela de Agatha Christie, etc.
Debido a su posición estratégica, este territorio desempeñó un papel clave desde la antigüedad. A través de él pasaban las antiguas rutas de comercio con Extremo Oriente y está situado en donde limitan y chocaban las poderosas civilizaciones nacidas alrededor del Mediterráneo por un lado, y de Mesopotamia por el otro.
Esto podría explicar por qué la región entera ha sido tan disputada a lo largo de los siglos. De cualquier modo, en Atlas of Wonders sólo nos centraremos en el rico patrimonio de este extraordinario país, con la esperanza de que la inestabilidad política que está viviendo llegue pronto a su fin.
La legendaria Palmira. No puedo mejorar el pie de foto original de esta magnífica imagen: "La cosa con las columnas 4x4 se llama tetrapylon. Puedes utilizar esta información para aburrir a la gente en tu próximo guateque."
La ciudad fue asentada en un oasis donde se avituallaban las caravanas de camellos. Allí Zenobia, reina del desierto, vivió sus días de gloria revelándose contra el Imperio Romano y conquistando Egipto y media Anatolia.
Saladino fue un célebre general que militaba en las filas del
equipo musulmán. La característica más notable de su castillo es el foso
tallado en la piedra, en el que dejaron esta aguja en el medio como
soporte para el puente levadizo.
En el norte, cerca de la frontera con Turquía, se encuentran las ciudades muertas. Se trata de cientos de aldeas de la época de Bizancio abandonadas entre los siglos VIII y X por razones sin aclarar.
La Iglesia de San Simón el Estilita fue erigida alrededor de una columna en la que este asceta, hambriento de Dios, se pasó subido en ella durante la mayor parte de su vida. En su historia está vagamente basado el hilarante mediometraje de 1965 dirigido por Luis Buñuel, Simón del desierto.
Apamea, para los fans de las columnas romanas. Cuando vi esto pensé que es un miráculo que a nadie se le haya ocurrido nunca jugar al dominó a gran escala con estas columnas.
La imponente Ciudadela de Alepo. Este asentamiento lleva siendo habitado al menos desde antes de la invención de la rueda.
La Gran Mezquita. Alepo se construyó en un cruce de caminos de la Ruta de la Seda, lo que favoreció que durante muchos siglos fuera una de las ciudades más ricas del mundo. 25/04/2013 Actualización: El minarete ya no existe (BBC).
No hay que perderse el laberíntico zoco. Alepo salvó su antigua arquitectura gracias a que la metrópolis cayó en decadencia por allá en el siglo XIX, y se perdió las modernas tendencias urbanas destructivas de esa época.
Las gigantes Norias de Hama se encuentran en el centro del país. La magia del fotógrafo nos muestra una imagen bucólica, mientras que la cruda realidad es que este río se parece más a una alcantarilla.
Las ruedas pueden llegar a los 20 metros de diámetro y se utilizaron para elevar el agua de la corriente del río Orontes a los acueductos que irrigaban la ciudad.
El Monasterio de San Moisés el Abisinio, a parte de recordarme a una banda de reggae, es famoso gracias a la valiosa colección de pinturas románicas que alberga su iglesia.
Finalmente llegamos a la capital, Damasco, para dar un paseo alrededor del concurrido zoco de Al-Hamediyeh, un mercado que se asemeja a unas galerías parisinas con sabor oriental.
La ciudad vieja de Damasco ha conservado muchas casas y patios antiguos, algunos de ellos transformados en alojamientos, en los que te puedes sentir como un viajero pionero de la época victoriana.
La hospitalidad siria también es legendaria. Otro proverbio dice que la gente sólo es esclava de sus huéspedes.
Fuente: Atlasofwonders.com