El lago, que perdura intacto desde hace siglos, parece un verdadero milagro.
El lago se llama Yueyaquan, un oasis que hoy se encuentra cerca de la ciudad, pero lo suficientemente alejado como para conservar el ambiente de reclusión en medio de las dunas de arena Migsha Shan. El lugar, y sobre todo la ciudad, formó parte de la ruta de la Seda.
Por su parte, el lago Yueyaquan se encuentra camino a la extinción, ya que ha bajado notablemente su nivel de agua, y nada parece remediarlo.
Sin embargo, las autoridades, preocupadas por el impacto en el lugar, y el atractivo turístico amenazado, intentan revertir la desaparición del lago. Sobre todo en los últimos años, se han tomado medidas como la prohibición de pozos de extracción de agua en la zona.
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