Algunos lugares del nordeste de Brasil son desconocidos incluso para algunos de los propios brasileños: Entre el pueblo de pescadores de Jericoacoara y la pequeña ciudad colonial de São Luis
se extiende un paisaje casi irreal de dunas, lagunas color turquesa de
agua dulce y densos manglares. Y aquí se encuentran las playas más
largas, vírgenes y solitarias del país.
Jericoacoara aún refleja la sencillez del antiguo pueblo de pescadores bañado por los colores y luminosidad característicos del noreste brasileño, localizado a, aproximadamente, 300 km de Fortaleza,(Capital del Estado de Ceará) el viaje hasta "Jeri" le permitirá el contacto con diversos ecosistemas característicos de la región.
Uno de los iconos más importantes de "Jeri" es la Pedra Furada,
formación rocosa esculpida por el mar durante millares de años. El
camino hacia ella también es interesante por la energía que se siente en
el aire. Para los más místicos el lugar tiene una energía diferente de
los demás.
Los primeros habitantes de la región fueron moradores de la región que huían de la sequía del nordeste en 1890 aproximadamente.
En 1994 el diario Washinton Post la eligió como una de las diez playas mas bellas del mundo.
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