Esta
playa virgen es un paraje natural situada en Cudillero. Tiene una
longitud de 500 metros. En este medio kilómetro se combinan los
acantilados protectores, los islotes dispersos en la orilla y la calidad
y color especial de sus aguas. Tal como surge a primera vista, su
principal atractivo radica en su conservación y por lo tanto exige
respeto medioambiental por parte de sus visitantes.
· Cuenta con una longitud 500 metros.
· Tiene forma de concha regular de cantos rodados de color claro y escasa arena.
· Su nivel de urbanización es aislado.
Esta luminosa
playa envuelve por su singular magnetismo. Su concha es cerrada, sin
peligro, y las aguas son las más tranquilas de la zona. Pero hay algo
que la hace salvaje, rebelde. Quizá sea su localización dentro del
paisaje protegido de la costa occidental, 35 kilómetros de acantilados
agrestes donde se aprecia con claridad el origen silíceo del litoral
occidental asturiano. En un entorno rural, envuelta en una densa
vegetación atlántica y presidiendo un paraje escarpado salpicado de
islotes, el Silencio es, sin duda, una playa de exposición, más para ver
que para bañarse en ella. Las viejas casetas de pescadores dan pistas
de que la pesca con caña es habitual por estos pagos, donde también es
frecuente ver algún submarinista de paso.
Sus
espectaculares vistas y su aspecto virginal le confieren un aspecto
paradisiaco que se puede disfrutar desde el mirador que hay sobre ella.
En la parte derecha se puede ver una montaña con una parte de
acantilado.
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